jueves, 9 de julio de 2009

sigo esperando a morfeo


Siento el reloj de la iglesia.
y escucho sus campanadas.....
1,2,3,4,5 y de repente el silencio.
Pienso que habré escuchado mal, pero de nuevo repite su sonido...
1,2,3,4,5 y de nuevo el silencio.
Sólo son las 5 de la madrugada y yo ya llevo unos minutos despierta.
Un dia más veré amanecer.
Todo es silencio en la casa. Todo el mundo duerme.
A veces pienso que mi vida se me escapa muy rápido, que todo transcurre muy deprisa: los dias, las semanas, los meses............
Y sin embargo estas horas en que no puedo dormir transcurren tan despacio, que me parecen eternas. Todo transcurre a cámara lenta.
Me gustaría dejar mi mente en blanco y no pensar. Pero ni eso me esta permitido.
Y entonces al menos intento pensar en algo o alguien que me sea grato.
Y curiosamente todos los días termino pensando en la misma gente.
En esas personas a quien tanto amo, pero que tan lejanas tengo. Están lejanas en kilómetros pero sin embargo tan cercanas en sentimientos.
Es extraño pero en esos momentos de silencio es cuando más cercanas las siento. Es como si sus espíritus pulularan a mi alrededor. Están ahí y los siento. Pero resulta todo tan etéreo que aun me siento más sola.
Me gustaría ser un corredor de fondo y correr y correr y no mirar atrás.
Siento que necesito alejarme de donde estoy, no me gusta lo que veo.
Cierro los ojos y comienzo a andar y sin mirar atrás me alejo poco a poco. Me gusta lo que veo y me siento bien. Pero de pronto al abrir de nuevo los ojos me doy cuenta que todo fue una quimera.
Me sigo sintiendo una estúpida y una cobarde. Y vuelvo a comprender que nunca daré el primer paso para ir donde realmente quiero estar.
y siento que mi ojos se nublan y me pregunto que si será dolor, o será rabia o tan solo decepción de lo poca cosa que soy.
Me ahogo en el punto en que estoy.
Grito con fuerza, pero nadie escucha mi lamento.
Me siento cansada. Muy cansada.
Deseo volar pero no encuentro mis alas.
Deseo huir, pero no encuentro el valor.
¡Que pequeña cosa me siento!. y por ello me maldigo.

miércoles, 8 de julio de 2009

Horas de Insomnio


Una vez más el amanecer me encontró esperándole despierta. Son tantos días ya, que se ha convertido en una rutina. ¡Que lentas pasan las horas cuanto el sueño te es esquivo! ¡Cuantas ideas pululan por mi cabeza!, muchas sin sentido. Otras haciéndome daño. Un daño que apenas me deja respirar.

Odio esas horas donde todo duerme menos yo. Los días se me hacen largos pero las noches de insomnio son interminables. Si al menos pudiera dormir y no pensar durante unas horas... Necesito dejar mi mente en blanco. Me gustaría tanto poder volar lejos de mí. Sentirme libre de mis pesadillas. ¡Que ilusión más pueril y tonta! Sé que todo seguirá igual día tras día.

Y estoy cansada.

martes, 7 de julio de 2009

No sé


Es curioso. Le escribo una carta a alguien anónimo, cuando en el fondo lo que espero es que alguien me lea y me lo diga. Que entienda lo que pienso. Aunque no es "pensar", sino "sentir".

Es curioso, ¿verdad?

Por otro lado, ¿cómo voy a poder escribir en una carta lo que no he escrito en un montón de años? Es imposible. Es una sensación rara.

Por una parte, sé que voy a escribir, que van a leerme... y me apetece que me lean. Porque me apetece compartir lo que pienso. Pero me da miedo. Porque es como dejarles entrar en un sitio donde no entra mucha gente.

No sé...

Esa es la frase que más repito: no sé.
No sé por que.

El caso es que cuando me ponía a escribir era divertido. Porque me costaba arrancar y luego podía escribir horas y horas. Ahora, siempre me dicen que me olvide de escribir poesía, que simplemente escriba. Pero cuando tienes la cabeza tan llena de ideas, de cosas...

No sé.

Carta de Presentación


Difícil comienzo...
Han transcurrido muchos años desde mi última carta.

"Cartas a un anónimo", porque lo que escribo no tiene destinatario, tan sólo quienes quieran leerme.

La tristeza, la pena y la soledad, serán los tres motores que me muevan a escribir.